Hacia un calzado sostenible

El pasado 18 de mayo, coincidiendo con la Semana Verde de la Unión Europea y el 25 aniversario de LIFE, tuvo lugar en INESCOP la jornada "Hacia un calzado sostenible". Durante la misma, se contó con la colaboración de AENOR, del Cluster Calzado Innovación (CCI) y de FICE.

En los últimos años la industria del calzado ha estado en permanente búsqueda de aspectos que puedan diferenciar y dar valor añadido a sus productos y servicios. Todo apunta a que en la actualidad lo ha encontrado en la fabricación de un calzado sostenible, entendido este desde el diseño hasta la distribución, pasando por el uso y la eliminación de los productos.

Pero es que además, desde el punto de vista del consumidor, la conciencia ambiental se está disparando, cada vez más se demandan productos con un menor impacto ambiental. Como consecuencia, y en respuesta a esta demanda, aumenta la presión que ejercen las grandes marcas exigiendo el cumplimiento de requisitos ambientales a sus proveedores.


Por todo ello, el componente medioambiental supone un importante reto para las empresas del sector, quienes deberán realizar un esfuerzo de adaptación para seguir siendo competitivas. En este sentido INESCOP trabaja desde hace años en esta línea, con el fin de acercar las herramientas y tecnologías disponibles para poder cumplir, prueba de ello es la jornada “Hacia un calzado sostenible”, celebrada recientemente en el centro tecnológico. Esta jornada ha coincidido en el tiempo con la “Green Week 2017” de la Unión Europea y con el 25 aniversario de LIFE, programa europeo en el que INESCOP lleva participando desde 1994 con 15 proyectos.

Durante la misma se presentaron algunas de las medidas disponibles para reducir el impacto ambiental del calzado, como por ejemplo mediante la utilización de materiales reciclados, reciclables o más biodegradables, aquellos materiales sintéticos procedentes de fuentes renovables y lo que no contienen sustancias químicas peligrosas; la reducción del consumo de agua y energía en la fabricación de componentes y del calzado; y la eliminación de los disolventes orgánicos del proceso de fabricación, sustituyéndolos por productos como adhesivos y acabados al agua.

En ella se contó con la participación de AENOR, identidad de certificación líder en España que ayuda a las empresas, entre otras muchas acciones, a implantar y certificar la huella carbono y a certificar residuos cero. Ambas certificaciones distinguen a las empresas y a los productos. La motivación de las empresas en este sentido es doble, aseguran desde AENOR, “por una lado viene motivado por las exigencias legales a nivel de la UE relacionadas con la reducción de depósito o de prohibición de vertidos, y por otro, la de tener una mejor imagen en el mercado o estar mejor posicionados frente a la competencia, buscar la distinción”.

Por su parte, INESCOP habló de la mejora ambiental en el sector calzado, a través de los proyectos medioambientales LIFE en los que se halla inmerso en la actualidad: CO2Shoe, Textileather y Lifetan.

 
Compartir