OVOVAL presenta sus resultados finales para la revalorización de huevos rotos
El proyecto OVOVAL, del que INESCOP forma parte como socio, ha desarrollado una solución integral para los huevos rotos que se generan en la Comunitat Valenciana convirtiendo este residuo avícola en diferentes bioproductos de aplicación en sectores industriales como el agroalimentario, cerámico y calzado.
Las 80 granjas de gallinas ponedoras que hay registradas en la Comunitat Valenciana generan anualmente 2300 toneladas de huevos rotos, durante su proceso de selección, recolección y envasado. Un residuo que gracias a la financiación de IVACE+i será reintroducido en diferentes procesos industriales gracias al trabajo de investigación desarrollado por los socios del proyecto, La Unió, ITC, ASAV e INESCOP.
Tras dos años de trabajo cooperativo, los socios han presentado los resultados obtenidos por un proyecto cuyo objetivo era contribuir a mejorar la competitividad de empresas ovoproductoras valencianas mediante un modelo de simbiosis industrial con otros sectores estratégicos de la región. El acto de presentación de resultados ha tenido lugar en la sede de la Asociación Avícola Valenciana, donde el Dr. Henoc Pérez, investigador principal del proyecto en INESCOP, expuso el proceso de transformación de los huevos rotos en bioproductos.
Los resultados más destacados del proyecto han sido el desarrollo de una tecnología avanzada para separar los huevos rotos de gallinas en tres fracciones. Una inorgánica, compuesta por bicarbonato de calcio y dos orgánicas como son el huevo líquido y la membrana, de carácter proteico. Se han formulado biomateriales poliméricos sustituyendo el carbonato de calcio por cáscara de huevo micronizada, logrando así reducir el impacto ambiental.
Con esta misma técnica se han formulado fritas cerámicas en las que se sustituye el carbonato de calcio micronizado por cáscara de huevo micronizada de mayor tamaño, lo cual permite evitar el proceso habitual de micronización, sin que se ven afectadas las propiedades del material. Por su parte, la fracción orgánica del huevo se ha conseguido transformar en hidrolizados proteicos de alto valor que pueden ser utilizados como recurtientes en la industria del cuero, además de cómo bioestimulantes en agricultura.
Con este proceso se consiguen pieles más biodegradables, las cuales tienen un impacto ambiental menor y ofrecen mejores propiedades mecánicas en comparación con los métodos tradicionales. La investigación del proyecto OVOVAL ha obtenido también bioestimulantes innovadores a partir de la fracción proteica del huevo, que han sido validados en entornos controlados, superando sus resultados a algunos bioestimulantes existentes en el mercado.